Soy Rosalinda, escribo desde niña. Las palabras laten y me asombran, me rozan las manos, habitan mi boca, perforan el cielo y me hacen flotar. Con palabras me acerco y te abrazo, suturo y perforo.
Crecí con ellas gracias a mi abuelo Ernesto Luis Rodríguez. Su obra poética de naturaleza costumbrista es un gran legado para los venezolanos. Rosalinda nació de su pluma, es mi madre, son muchas, soy yo. No puedo desprenderme de las letras.
Amo el encanto de la brevedad, la frase potente que me mata de belleza. Amo extenderme y decorar la idea hasta temblar de emoción. No puedo dejar de escribir.
Durante trece años en X me he hecho fan de interactuar, voy con el poema a flor de piel. Quiero enseñarte lo que sé.
La poesía no es un misterio, es un lenguaje y podemos aprenderlo. Existen verdades y secretos, recursos y maneras de escribir con belleza; me alegra explicar mis maneras, técnicas que dan brillo a lo que escribo. He creado un curso de 4 horas y media, 69 clases, evaluaciones y material descargable.
Es “Poesía, divino tesoro” y será todo un viaje.
Te muestro un ejemplo, si quiero hablar de la soledad prefiero decir: soledad del alma, compañera mía, tú que sabes mi nostalgia y mi secreto, tú que entiendes que el viento me roba palabras; ven a mi casa, toca mi boca, ocupa el espacio de aquellas manos.
Ven a caminar por el poema: su ritmo, sus rincones, las razones que lo hacen fascinante. Por qué duele bellamente, por qué te hace sonreír.
Los poetas contamos la vida de cierta manera, construimos mundos en el mundo, imperios en el mar; yo te invito a pasar.
Guiaré tu aprendizaje con mi voz y mi mirada en cada clase. Para más detalles consulta el enlace: Poesía, divino tesoro